Catalogar a alguien es muy fácil. Socialmente se han ido construyendo estereotipos y casillas para identificar a la gente, grupos, nacionalidades y sociedades. A un nivel mínimo, esto nos sirve para darnos cuenta de ciertas características para comprender mejor a las personas, sin embargo, sin investigar más, caemos en el riesgo de generalizar en aspectos muy subjetivos que no nos dejan ver la amplia realidad.
